La creación de una megatendencia: Episodio 3 - Seguridad energética

Junto con el poder geopolítico, el insaciable deseo de la humanidad por la energía es uno de los principales impulsores de la megatendencia de la energía alternativa. Es el combustible de la economía, nos permite viajar, nos mantiene calientes (y frescos), mantiene las luces encendidas y Netflix en streaming. La Administración de Información Energética de Estados Unidos prevé que el consumo mundial de energía crecerá casi un 50% entre 2018 y 2050. Para los países, la principal consideración de seguridad energética es la capacidad de obtener suministros seguros de energía a precios razonables. En el contexto de la megatendencia energética alternativa, las preguntas clave son: ¿cuáles son -o serán- las fuentes de energía primarias y quién las controla? La energía ha adquirido un lugar propio como factor de supervivencia de los Estados.

Durante la mayor parte del siglo XX, los actores se enfrentaron a los retos de seguridad energética asociados a la interrupción y manipulación de los suministros de combustibles fósiles, predominantemente procedentes de Oriente Medio. Hacia el final del siglo, el enfoque geográfico se amplió para incluir otras regiones, como América Latina y Rusia. El agotamiento, la volatilidad de la oferta y la demanda, y la capacidad de los actores para restringir el acceso a los combustibles convencionales han convertido la falta de acceso a los suministros energéticos en una amenaza existencial.

A medida que la megatendencia de las energías alternativas va cobrando impulso, los cálculos de seguridad energética se amplían para incluir recursos más allá de los combustibles fósiles. Hay otros factores que impulsan explícita o implícitamente los cálculos de seguridad energética y que podrían configurar el panorama energético durante el siglo XXI. Entre estos factores se encuentran el emergente marco regulador mundial de las emisiones de gases de efecto invernadero, la presión pública internacional para abordar el agotamiento de los recursos y la sostenibilidad medioambiental, y el incesante ritmo del desarrollo tecnológico. Teniendo en cuenta estos factores, el impacto de la megatendencia energética alternativa pone de manifiesto un espectro de posibles efectos sobre la seguridad energética mundial.

La gobernanza de la energía, por ejemplo, se ha ampliado para incluir el impacto más amplio de la energía en los hábitats y los ecosistemas. La Agencia Internacional de la Energía está en el centro del diálogo energético mundial. Aunque se creó en 1974 en respuesta a las grandes interrupciones del suministro de petróleo, su misión incluye ahora las energías renovables, la eficiencia energética y las tecnologías limpias.

A nivel nacional, la Administración Biden ha sido especialmente activa en sus primeros 6 meses. Desde el cierre del proyecto del oleoducto Keystone XL hasta el establecimiento de un objetivo para que Estados Unidos alcance un 100% de electricidad libre de contaminación por carbono en 2035, el presidente Biden está impulsando una agenda de energía verde en todos los frentes. Como se señaló en el episodio 2, Xi Jinping ha pedido una "revolución energética" centrada en la seguridad eléctrica. Para 2060, China quiere transformar su mezcla de generación de energía, pasando de un 70% de combustibles fósiles a un 90% de fuentes renovables.

Las salas de los consejos de administración de los gigantes de la energía también han experimentado un cambio radical en las prioridades de la gobernanza energética. En los últimos cinco años, los mayores inversores institucionales han sido cada vez más explícitos y específicos en cuanto a sus expectativas sobre los consejos de administración y los directores en lo que respecta a la composición del consejo y a los aspectos medioambientales y sociales. Encabezando la lista de 2021 de las tendencias de gobernanza más relevantes para los consejos de administración estaba el "riesgo del cambio climático". El concurso de poderes ExxonMobil - Engine No. 1 es quizás el ejemplo más notable. Engine No. 1, un fondo de cobertura activista con sólo un 0,02% de participación en la empresa, argumentó que había deficiencias en la experiencia en petróleo y gas en el consejo de administración de ExxonMobil, la lentitud de la transición estratégica a una economía con bajas emisiones de carbono, y el bajo rendimiento histórico y el exceso de apalancamiento en relación con sus pares. Ganaron, destituyendo a tres miembros del consejo de administración.

La revolución tecnológica mundial está reforzando las expectativas sobre la contribución de las energías renovables a las estrategias de seguridad energética. El avance exponencial de la nanotecnología, la automatización, la inteligencia artificial, la bioingeniería y el Internet de las Cosas dentro de la Cuarta Revolución Industrial añade nuevos elementos a la propia noción de seguridad energética. Más allá de la disponibilidad de recursos naturales, el acceso a las tecnologías que impulsan las tecnologías de almacenamiento de energía distribuida, las redes de comunicaciones 5G, la capacidad de bioingeniería de materiales como el litio para las baterías y la creación de redes inteligentes de servicios públicos y electricidad se están convirtiendo en algo tan indispensable como tener acceso al petróleo, el gas, el sol o el viento.

Al mismo tiempo, estas tecnologías introducen nuevas amenazas, como la posibilidad de ciberataques. La creciente interconectividad de los sistemas energéticos significa que los conflictos pueden tener efectos dominantes en los mercados y los precios de la energía. Las nuevas tecnologías, como la generación integrada en la red, hacen más vulnerable la ciberseguridad de los sistemas de red.

La revolución tecnológica también crea nuevos y a veces inesperados motores de crecimiento de la demanda energética que también pueden impulsar la producción de energías renovables. Por ejemplo, en 2018, los analistas de Morgan Stanley señalaron que la energía necesaria para crear criptomonedas podría rivalizar con todo el consumo de electricidad de Argentina, contribuyendo al crecimiento de la demanda energética mundial hasta en un 0,6%. El desarrollo tecnológico engendra poder, pero alimentar la tecnología requiere energía.

El impacto de las energías renovables en la seguridad energética se concentrará probablemente en dos puntos principales. En primer lugar, las energías alternativas pueden ejercer una influencia estabilizadora sobre el sistema energético mundial al ampliar las opciones, reducir las barreras de acceso y amortiguar/reducir las crisis de precios. Sin embargo, a pesar de la propensión de la energía alternativa a introducir nuevos recursos, opciones y ambiciones para los diferentes actores, también podría resultar perturbadora al alterar el statu quo del sistema energético mundial. El equilibrio de poder mundial podría modificarse si las economías desarrolladas logran avances en el desarrollo de energías alternativas que les permitan exportar energía. Esto podría llevar a la creación de una "OPEP de las renovables", que a su vez podría generar nuevas fuentes de tensión.

La megatendencia ya está modificando los enfoques de la seguridad energética, ofreciendo opciones que pueden contribuir a la estabilidad y seguridad del sistema energético internacional, a la resiliencia energética, a la diversidad del suministro, a la independencia energética local y a la interdependencia global. La energía alternativa se ve como una solución futura a una serie de problemas más amplios de seguridad energética y económica, como la manipulación de los suministros de energía, las fluctuaciones de los precios de las materias primas y el agotamiento de los recursos. En última instancia, la capacidad de las tecnologías energéticas alternativas para complementar e igualar el papel de los combustibles fósiles en el sistema energético mundial determinará el impacto de la megatendencia en la seguridad energética.